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El avance de la agenda feminista en la gobernanza de los recursos mineros

By 8 marzo, 2023 No Comments

Por Cristina Muñoz, asesora técnica del programa MinSus, de la GIZ

Miércoles 8 de marzo del 2023

Columna Día Internacional de la Mujer

Los rápidos avances tecnológicos, el incremento en la demanda de minerales y metales para lograr la descarbonización y la transición energética y el creciente escrutinio de inversores para impulsar cadenas de suministro responsables, están alterando y transformando las dinámicas de género y las estructuras de poder en sectores como el minero. En los últimos 5 años ha habido relevantes avances en la incorporación de las mujeres al empleo minero a gran escala en la región andina. Sin embargo, a la fecha ningún país de la región consigue superar el 20% de participación femenina en la gran minería, siendo todavía un sector altamente masculinizado. El informe global “Mujeres y la mina del futuro” (IGF, OIT, PNUD y iWIM), ha detectado diversas tendencias globales mineras en relación con las dinámicas de género en el empleo minero a gran escala:

  • El porcentaje de mujeres en el sector minero a gran escala está incrementando paulatinamente. Para el caso argentino, en 2008 la participación laboral femenina en el sector se encontraba en casi el 7%, y en 2022 ha tocado su máximo en 10,5%.
  • Las condiciones laborales en el sector minero no favorecen el empleo femenino, ya que, por un lado, las mujeres siguen teniendo dificultades para acceder a las instalaciones y los equipos básicos adaptados a sus necesidades, por otro lado, las condiciones de las licencias de paternidad y maternidad son insuficientes para asegurar la permanencia de las mujeres en el sector, y, por último, prevalecen actitudes sexistas y discriminatorias hacia ellas.
  • En el sector minero las mujeres se concentran principalmente en puestos administrativos y de apoyo, los cuales tienen un mayor riesgo de ser reemplazados por la automatización en el futuro, demostrando una clara división sexual del trabajo.
  • Aunque el nivel de estudios de las mujeres mineras es superior al de los hombres, en términos generales tienen menores cualificaciones técnicas que ellos, siendo esto una gran barrera en su reclutamiento en las faenas y en los trabajos núcleo mineros. Por ejemplo, en Chile las ocupaciones con menores tasas de participación femenina son mecánicas, mantenimiento eléctrico o supervisión de mantenimiento.
  • Existe una clara brecha de capacidades y habilidades relacionadas con las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), áreas que se pronostican tendrán mayor empleabilidad en la minería el futuro próximo. Por un lado, según el WEF, en 2016 solo un 27% de los graduados de las carreras STEM son mujeres. Por otro lado, las mujeres provenientes de estas carreras prefieren otros sectores al minero, ya que hay una desconexión entre el porcentaje de graduadas de estas carreras y el porcentaje de mujeres provenientes de estas carreras que trabajan en la minería.
  • La mayoría de la fuerza laboral minera global se compone de hombres de mediana edad, de entre 30 y 60 años. La representación femenina empieza a decaer entre los 35 y 44 años. Por ejemplo, en Perú el 58% de las mujeres mineras se concentran en las edades entre los 15-34 años, en comparación con un 41% de los hombres, observándose un descenso significativo del número de trabajadoras de más edad, que pasa del 32% del total de trabajadores en el grupo de edad de 35-44 años al 9% en el de 45-54 años (IGF, 2023). Diversos estudios, como el McKinsey y el del IGF, demuestran una incapacidad del sector de retener a las mujeres. Esto tiene que ver con las ocupaciones y el tipo de trabajo que desarrollan incluyendo las escasas oportunidades de crecimiento, la baja remuneración, la ausencia de competencias mineras, la percepción del trato preferencial a los hombres o los sesgos culturales, entre otros.
  • En todos los países analizados se ha detectado una brecha salarial en el sector. Exacerba la brecha salarial el hecho de que las mujeres estén sobrerrepresentadas en los trabajos mineros con menores salariales y estén subrepresentadas en los trabajos mejor remunerados.

En 2022, diversas organizaciones internacionales lanzaron una agenda feminista para la gobernanza de los recursos naturales. Esta agenda llama a dar respuesta urgente a las brechas arriba identificadas en el marco de una transición energética justa. Más aún en un contexto en donde varias metas vinculadas con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 se han estancado, debido a los impactos desproporcionados sobre las mujeres de la pandemia del COVID-19 y la ola conservadora de creciente oposición y retroceso en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

De gran relevancia para este impulso es el anuncio en 2022 de la ministra alemana de Cooperación y Desarrollo Económico (BMZ), Svenja Schulze, de la adopción de una política de desarrollo feminista, en línea la política exterior feminista alemana. Con este anuncio, Alemania se suma a un número creciente de países que han adoptado políticas de esta naturaleza. En la región cuentan con una México y Chile. Esta política actúa en las áreas de acción de las tres R (rights, resources y representation). Por un lado, el compromiso con la realización de los derechos a través de la eliminación de las leyes discriminatorias y el empoderamiento legal para todas las mujeres, niñas y personas LGTBIQ+. Por otro lado, la justicia en el acceso a los recursos. Y, por último, el incremento de la representación igualitaria de las poblaciones históricamente subrepresentadas en negociaciones, acuerdos gubernamentales e intervenciones. La política aborda un enfoque transformador de las estructuras de poder, abordando las causas estructurales de las desigualdades de género, como son las normas sociales, las actitudes discriminatorias y los sistemas sociales que (re)producen las relaciones de poder desiguales y discriminatorias y aplicar una perspectiva interseccional para capturar los factores que profundizan la desigualdad y la discriminación.

En este contexto, se necesitan impulsar estudios que permitan realizar una línea base de los perfiles de las mujeres empleadas en la minería y en su cadena de suministro para asegurar no solo la inserción laboral de las mujeres en la industria, sino especialmente su ascenso y permanencia en igualdad de condiciones. Pueden acceder a más información del caso de argentina en este estudio.

 

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